Álvaro Cueva
Por la importancia del tema, me atrevo a fusilarme la última parte de la columna de Álvaro Cueva, “El Pozo de los Deseos Reprimidos”, que apareció este día en el diario Milenio.
La cocina de Moreno Valle
Le voy a pedir un favor a los políticos que firman acuerdos con las televisoras nacionales: no sean obvios, no se expongan como le pasó a Rafael Moreno Valle, gobernador del estado de Puebla, en las últimas semanas.
No conforme con hacer el ridículo apareciendo al lado de Yordi Rosado en Espacio 2011 (hubiera visto la cara de Álvaro Uribe cuando se lo presentaron como si se tratara de una edecán ofreciendo papitas), el lunes me tocó verlo cocinando con el Chef Oropeza y fue como para morirse de la vergüenza.
¿Qué tiene que estar haciendo un gobernador en un programa de cocina? ¿Acaso Puebla es un estado perfecto donde a su gobernador le sobra tiempo para frivolidades?
¿La gente que votó por él lo hizo para verlo preparando mole? Oiga, pues mejor que ponga su puesto y que deje las manos del estado en alguien que sí haga política de verdad.
Sí es bastante delicado esto que le estoy diciendo porque, no es la primera vez que pasa, porque coloca a nuestras televisoras en una posición de poder mucho mayor a la de los poderes constitucionales y porque se presta a malas interpretaciones (cada vez que un gobernante hace estas payasadas misteriosamente deja de ser criticado en las mesas de análisis político).
Además, ¿quién le dijo que sabía hacer mole? ¿Quién le dijo que tenía gracia para salir en televisión? ¿Quién le va a creer que esa receta era de su bisabuela si jamás hubiera salido sin la colaboración del Chef Oropeza?
¿Qué sigue? ¿Ver a Moreno Valle jugando con El Vitor a “Cien mexicanos dijieron”? ¿Ver a otro contando su historia con Laura Bozzo? ¡Cuidado!
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