Gabriela Hernández
Con nueve meses en el cargo, el gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas se ha ganado fama de autoritario, represor, megalómano, intolerante, revanchista y de recurrir a peores artimañas que su antecesor priista Mario Marín. Las quejas contra el mandatario –que llegó al poder respaldado por la coalición PAN-PRD-Panal-Convergencia- PT– vienen de comerciantes, empresarios, activistas sociales, campesinos, sindicatos, periodistas, priistas, panistas y militantes de Convergencia y del PRD.
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