POLÍTICA

martes, 12 de junio de 2012

Entre conatos de bronca y exageradas medidas de seguridad concluyó la visita de Peña Nieto a Puebla.


Como parte de los cierres de campaña, Enrique Peña Nieto visito el estado de Puebla, Izúcar de Matamoros y Tepeaca fueron las cabeceras municipales  escogidas para tal efecto, con  una importante afluencia de priistas, entre 8 y 10 mil asistentes por evento aproximadamente, acarreados de distintas partes del Estado.

Conatos de bronca
En Matamoros, la puerta de la mixteca poblana, Peña Nieto pidió a los priistas no caer en provocaciones que se puedan dar de aquí al día de las elecciones; “sin duda se va a arreciar la guerra sucia”.

Mientras el candidato presidencial del PRI  enviaba su mensaje, un grupo de jóvenes se manifestaba en los alrededores, quienes por medio de pancartas y mantas señalaban: “somos #132” “Atenco no se olvida”, lo que provocó varias veces connatos de bronca entre priistas y los manifestantes anti Peña.

En Tepeaca las cosas no fueron tan diferentes,  con un exagerado control de seguridad, con vallas metálicas  y detectores de metales para evitar se acercaran grupos “anti Peña”, que provocó enfrentamiento entre los mismos priistas y elementos de seguridad. Corrió la versión de que la camioneta de Peña Nieto había sido agredida por atipeñistas a su llegada a Tepeaca.

El discurso del candidato priista inició poco después de las 12:30 horas  en el mero zócalo de la ciudad,   en el que ofreció a los poblanos modernizar las carreteras Tepeaca-Zacatepec y Tepeaca-Tehuacán, así como erradicar la pobreza alimentaria.

Terminado su discurso de casi media hora,  Peña Nieto bajó del templete para saludar de mano a los asistentes y pedirles “de cerca” su apoyo para que pueda ganar la presidencia de la república.

Finalizado  el evento,  algunos dirigentes y candidatos  priistas poblanos parecían estar contentos por el” éxito” del evento,  entre ellos, que se dejaban querer por la militancia, Javier López Zavala el más solicitado, Blanca Alcalá, José Luis Márquez, Lucero Saldaña, Melquiades Morales,  Juan  Carlos Lastiri, Enrique Doger, Pablo Fernández del Campó y por su puesto el dirigente estatal Fernando Morales Martínez entre otros.

Zavala y Alcalá los más solicitados
Pero quien no se veía nada contenta,  era la dirigente del tricolor municipal de Puebla  Claudia Hernández,  que  andaba con un humor que ni ella misma se aguantaba, lo que generó algunas fricciones con priistas, a los que empujaba con el pretexto de “me estorbas”. Otro cascarrabias que también tuvo roces con la gente fue un sobrino de Chucho y Melquiades Morales, que lo mismo, a la menor provocación jalaba y empujaba a quien tuviera cerca.

Lo mismo que  Javier López Zavala,  Blanca Alcalá se dejaba consentir por todo aquel que le pedía una foto del recuerdo,  “gracias, no se preocupen, yo voy a estar con ustedes todo el tiempo que me lo pidan”, decía con una sonrisa que le hacía ver la boca más grande,  casi de oreja a oreja.

Lucero Saldaña fue ignorada.
Por otro lado, quienes pasaron desapercibidos, fueron Enrique Doger y Lucero Saldaña, sobre todo ésta última, que casi pedía a gritos que se le acercaran, sin conseguirlo, por lo que cansada y apenada de que   nadie la reconoció ni la tomó en cuenta optó por perderse  entre la multitud.


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