ÁNGEL Ibáñez Fonseca.
Jóvenes del Movimiento “# Yo soy 132”; quienes la madrugada del 15 de
septiembre fueron desalojados por la policía municipal de un plantón pacifico
que sostenían en el zócalo de la ciudad, presentaron ante los medios de
comunicación su testimonio de lo ocurrido, en donde acusan represión golpes y
malos tratos, por parte de los agentes policíacos y por funcionarios de los
Juzgados Calificadores a donde los llevaron.
Relataron que poco después de las 3:20 hrs, llegaron en operativo más de
200 granaderos “en la oscuridad y por asalto”, acusándolos de que alteraban el
orden público, tomaron la plaza, a 63 de ellos, sin permitirles que hicieran
nada se los llevaron detenidos.
Hombres, mujeres,
menores de edad y ancianos solidarios que acompañaban el plantón, primero los
transportaron a la Secretaria de
Seguridad Publica y
Tránsito Municipal, para luego de formar grupos de 15 personas, esposados,
trasladarlos a los diferentes Juzgados Calificadores que existen en el
municipio.
Ahí se les acusó de
haber realizado una falta administrativa, pues según las autoridades, durante
su plantón cometieron una infracción al Código reglamentario para el municipio
de Puebla en su artículo 209 fracción tercera, inciso B; (alteración del orden
público) por lo cual cada uno de ellos se hacía acreedor a pagar una multa de
554 pesos cero centavos; misma que fue cancelada por órdenes de Eduardo Rivera
Pérez. Presidente Municipal de Puebla.
Consideraron que esta
reacción del Edil municipal fue porque a pesar de que estuvieron incomunicados
durante varias horas, (pues las pocas pertenencias que pudieron recoger del
zócalo, les fueron confiscadas) sin embargo, miembros femeninos de su
organización, lograron comunicarse con sus familiares y también difundir dicha
agresión del cuerpo de seguridad municipal.
“Es por eso, que después de 12 horas, ante la presión ejercida por
diversas organizaciones de Derechos Humanos; Universidades y partidos políticos
de izquierda, como el PRD; fueron liberados, pues nunca cometieron ningún
delito”, dijeron.
Durante la conferencia de prensa mostraron una videograbación en donde se
entrevistan con Eduardo Rivera Pérez, quien les dijo iba a permitirles quedarse
en el zócalo, pero no fue así, no cumplió su promesa.
Agregaron que les tomaron fotografías, se les investigó para saber si no
tenían delito alguno, quedaron fichados pero no les pudieron comprobar delito
alguno y mucho menos que alteraron el orden público.
Expresaron que a la mayoría de ellos, les quisieron hacer firmar, ( algunos
de ellos ante la presión lo hicieron) un documento o declaración en donde
reconocían que estaban haciendo ruidos y escandalizando en la vía pública,
además de que estaban consumiendo bebidas alcohólicas y drogas, pero esta
acusación fue infundada.
Una persona del sexo femenino de aproximadamente 60 años llego con un
collar ortopédico, con indignación ante el maltrato que sufrió; narró que
acompañaba a los muchachos en solidaridad con su movimiento, pero fue golpeada
con saña por una mujer policía, la cual mandaron para que la agrediera, le dijo
“ya valiste madre” y le provocó lesiones en el cuello; por eso se presentó a
dar su testimonio pues dijo que esto no debió de ocurrir.
Los jóvenes leyeron un pronunciamiento en donde condenan esta acción que
consideran represiva por parte del Gobierno Municipal.
Como un reportero más, llegó al lugar Fernando Manzanilla Prieto,
Secretario General de Gobierno, quien al ser cuestionado por los medios de
comunicación, primero indicó que no iba a dar declaraciones, pero ante la
insistencia mencionó que quiso escuchar la versión de los agredidos; indicó que
el gobierno estatal respeta los derechos humanos de los poblanos; después se
retiró del lugar.
Los voceros del movimiento, dijeron que todavía no saben
si regresarán a continuar su plantón, pero que continuarán con su lucha; además
están analizando con sus abogados si realizan una demanda en contra del
Ayuntamiento de Puebla; también que acudirán ante la Comisión Nacional de
Derechos Humanos para denunciar acerca de estos hechos donde fueron lesionados
sus derechos más elementales.
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