Más allá de los buenos resultados, la esencia de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla es el humanismo y el profundo compromiso que tiene con las personas, afirmó el Rector Enrique Agüera Ibáñez durante una reunión que sostuvo con alrededor de 2 mil universitarias, a quienes felicitó por su talento y vocación, y convocó a “caminar juntos” en la construcción de un mejor futuro.
En el evento que tuvo lugar en el Complejo Cultural Universitario de la BUAP, entregó reconocimientos a mujeres por sus logros académicos, laborales y deportivos. Como alumna destacada con promedio de 10 distinguió a Berenice Cabrera Vega, egresada de la Facultad de Administración y como medallista de oro, a la gimnasta María Fernanda Reinaud Calderón, alumna del noveno cuatrimestre en la licenciatura de Fisioterapia.
Asimismo, en el ámbito laboral a María Elena Ríos Martínez, auxiliar de enfermería de la Facultad de Medicina, con más de 26 años de antigüedad, por su empeño, trabajo y compromiso, y a la investigadora, doctora en Ciencias María Eugenia Mendoza Álvarez, del Instituto de Física “Luis Rivera Terrazas”, nivel II en el Sistema Nacional de Investigadores e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
Al reconocer el talento y vocación de las mujeres universitarias, el Rector Enrique Agüera Ibáñez señaló que todo el prestigio del que hoy goza la BUAP es resultado del esfuerzo de la comunidad universitaria. Hay talento, comentó, pero lo más importante es la vocación y entrega que hoy se viven en la Institución.
En la actualidad, dijo, “el valor más importante que se ha perdido es el valor de las personas; por ello, cuando existe la oportunidad de servir debemos devolver el sentido ético y centrar nuestra atención en las personas y sus legítimas aspiraciones”.
A propósito de ello, citó el Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas que existe desde el inicio de su gestión en la BUAP y a través del cual se han beneficiado a cientos de estudiantes procedentes de comunidades indígenas: “Así es como se construye una universidad, con una visión de profundo compromiso con las personas, con las mujeres, los indígenas; una universidad humanista comprometida con su comunidad”.
Además, una universidad moderna, con laboratorios, aulas e infraestructura de primer nivel, que ha dejado atrás el viejo paradigma de que lo público es malo: “hoy tenemos en la BUAP una de las mejores universidades del país -no tenemos nada que envidiarle a las universidades privadas-, que camina de la mano con la sociedad”, expresó.
Tras felicitar a las 2 mil mujeres allí reunidas –estudiantes, trabajadoras, académicas, investigadoras-, a quienes les dijo que seis de cada diez reconocimientos que entrega la BUAP son para mujeres, las convocó a “caminar juntos”, porque –aseguró- no existen posibilidades de construir un futuro si no es a través de alianzas, del acompañamiento con todos los grupos y sectores: “Necesitamos una sociedad incluyente, que nos complementemos unos y otros, tenemos que coincidir y construir este futuro en el acompañamiento y con la visión de servir al ser humano para que a éste le vaya bien”.
Para finalizar, subrayó que hoy es necesario un cambio verdadero, es decir, un cambio que transforme la vida de las personas, incluyente, en el que todos sean tomados en cuenta. Hoy, dijo, es el tiempo del ciudadano, el tiempo de generar respuestas poderosas que resuelvan los problemas y necesidades sociales.
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