POLÍTICA

sábado, 9 de marzo de 2013

SEMBRANDO CAÑA

                 SEMBRANDO CAÑA

Miguel Ángel Sosa Guzmán*

 

Silvio Zavala gran historiador nuestro,  destaca que el férreo carácter empresarial de los colonos españoles dedicados a la producción cañera, asustó al poder  público de esos días.  Al  virreinal y a las orejas y oídos de los espías del rey de España, destacados en los territorios conquistados, toda vez que la corona española practicaba el modelo económico proteccionista y había asignado a cada territorio determinada producción.

La Nueva España (México) gracias a los propietarios azucareros se escapó  de la mono-producción minera, y púsose a producir azúcar para el mercado local, así como para la exportación, además de producir aguardiente, artículo también prohibido pues agredía a los productores  peninsulares.

Fue tanto el miedo que despertó esta dulce producción, que existieron diversas ordenanzas prohibiendo abrir más ingenios o trapiches, e impidiendo que los indios trabajaran voluntariamente en esa industria.   Con el agregado de ser exaccionados por gabelas, impuestos o pagos de permisos especiales.

Pero cuantas más trabas había para los empresarios azucareros de esos siglos XVII y XVIII, mas muestras de carácter mostraban los involucrados.

Aquí cerca, en Morelos surgieron entre 1610 y 1630, cuando menos 30 unidades productivas, pues la demanda del producto y los precios aumentaban.

En esta fase del desarrollo azucarero de esos días, el virrey apoya a los criollos contra las  medidas de los peninsulares, aplicando la famosa frase “la ley se acata pero no se cumple”; práctica diaria hasta ahora en nuestro México y en Puebla, pero había que entender que España protegía a sus productores.

Existieron centros productores de azúcar en: Morelos,  Veracruz, Puebla, Oaxaca, Chiapas y Xalisco, los cuales competían como hasta ahora con el dulce producido en Cuba, Puerto Rico, y Santo Domingo.   Territorios coloniales protegidos por la política proteccionista que ya he mencionado.

En conclusión, hago constancia que España, al imponer que todos y cada uno de sus territorios conquistados por las armas y en nombre del catolicismo para salvar las almas de los indios, de pasada determinó que solamente podamos producir lo que no compitiera con los productores de la península ibérica´.  No sólamente  estuvo prohibida la producción libre de caña, que daría azúcar, panela y aguardiente, sino también entre tantas cosas prohibidas estuvo la siembra del olivo y de la vid,  todo ello nacido de las ideas económicas de la casa de los Hampburgos.   Seguiré sembrando.

 

* PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE CAÑEROS.

   CNPR-FNOC DEL INGENIO DE ATENCINGO, S.A.


8-III-2013.

 

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