POLÍTICA

jueves, 11 de abril de 2013

En el PRI empeñados en hacer todo y de todo para perder mayoría de diputaciones y municipios el 7 de julio...

El síndrome de los Morales Flores sigue más vigente que nunca en el PRI

   El priista morenovallista Edgar Salomón por San Martín Texmelucan

david lópez

El discurso aguerrido del delegado del CEN del PRI en Puebla Fernando Moreno Peña, parece que solamente fue eso, un discurso. “Nada para los traidores” aseguró el enviado desde la capital del país para ganar las elecciones y recuperar  la capital poblana: “ningún traidor, ningún priista que salió del partido para apoyar a otras siglas partidistas sería aceptado como candidato del partido tricolor”. En los hechos, el tricolor sigue por el mismo camino de las traiciones que lo llevaron a la derrota del 2010, cuando perdió la gubernatura.

La cúpula priista se ha empeñado en hacer todo y de todo para perder las elecciones del 7 de julio próximo y entregarle en bandeja de plata a la Coalición de partidos del gobernador, llámense PAN, PRD, PANAL, la mayoría de los municipios y diputaciones en el estado.

Las inconformidades están a todo lo que dan por la imposición de candidatos, muchos impopulares y débiles, otros  afines al morenovallismo y otros por compadrazgo o por negocio, es decir, a cambio de una buena suma, esto último difícil de comprobar porque las transacciones se hacen en efectivo y en privado.

Ramiro González para la diputación por Serdán.
Ejemplos, por toda la entidad, pero para muestra tres casos, el primero, de un priista que como diputado sirvió en todo lo que le ordenaron desde Casa Puebla, Edgar Salomón Escorza, que competirá por la presidencia municipal de San Martín Texmelucan.

Por el municipio de Tlachichuca nuevamente participa Eruviel González Vieyra, hijo de Ramíro González, un acaudalado de la región, que ya fue presidente municipal de esa cabecera y que no  se anda con tacañerías;  por la diputación del distrito de Ciudad Serdán también $impu$o a otro de sus vástagos que lleva su mismo apelativo, Ramiro González y que ya fue presidente municipal de Tlachichuca.

Parecía que con la llegada del PRI a Los Pinos, las traiciones a favor del morenovallismo por miedo o conveniencia económica se terminaban, pero el síndrome de los Morales Flores sigue más vigente que nunca.

¿El presidente Peña Nieto estará enterado de las traiciones que nuevamente le están haciendo a su partido en Puebla?

 

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