POLÍTICA

jueves, 13 de agosto de 2015

No queremos un nuevo emperador que viaje en helicóptero, queremos un servidor público.

Quien quiera ser competitivo por la gubernatura, tendrá que comprometerse a revertir el daño que ha causado Moreno Valle a los poblanos.
Alberto Mendoza
Quien quiera contender con éxito por la gubernatura en el estado de Puebla, tendrá un 50 por ciento de camino ganado si decide tomar el toro por los cuernos y comprometerse a revertir el grave daño que el gobernador Rafael Moreno Valle a causado a los poblanos.
Durante poco más de cuatro años los poblanos hemos sufrido el embate de una política autoritaria basada en la represión, la amenaza, las mentiras, cárcel a quienes piensan diferente, despido de miles de burocratas, desaparición ilegal de vereficentros, persecución y agresión a periodistas, despilfarro de miles de millones de pesos en obras faraónicas y en promoción personal y muchos etcéteras.
Además, el próximo gobernador tendrá que aclarar en que gastó  más de 70 mil millones de pesos anuales, así como muchos millones de pesos más en fotomultas y otros ingresos millonarios.
Y lo que es peor, delincuencia organizada desde el gobierno estatal a través de la Secretaría de Seguridad Pública, quedando al descubierto con la detención, por parte del ejército, del director de la Policía Estatal, Marco Estrada López y Tomás Méndez Lozano, jefe del Grupo de Operaciones Especiales, quienes encabezaban el robo de gasolina en Puebla y sabrá Dios que delitos más.
Es por eso que quien quiera aspirar al voto mayoritario de los poblanos, sea del partido que sea, tendrá que comprometerse mediante algún mecanismo que lo obligue a cumplir, a ponerse del lado de los poblanos, regresarle el trabajo a los más de 14 mil ex burócratas y sancionar ejemplarmente al gobernador Moreno Valle.
Quien no considere lo antes citado, sabremos que nos estará ofreciendo atole con el dedo y  que no será confiable ni merecedor de nuestro voto. Queremos que quien gobierne nos regrese la tranquilidad perdida en este sexenio. No queremos un nuevo emperador que viaje en helicóptero, queremos un servidor público.
Quienes a la fecha han manifestado su interés por contender en el proceso electoral por la gubernatura de 2016 son:
Antonio Gali Fayad, actual presidente municipal quien quizá sea, el más fuerte aspirante a habitar Casa Puebla; ha demostrado eficiencia, carisma y aceptación de la gente.  Su trato amable y directo con los poblanos le ha permitido ganarse  simpatías en todo el estado, solamente que tiene un problema y muy grande, llamado Rafael Moreno Valle Rosas. El edil necesitará desligarse del gobernador para poder ganar. Pareciera que su cercanía con el ejecutivo sería un punto a su favor, sin embargo, ese es su principal obstáculo, el odio que los poblanos sienten por el gobernador. Así quedó demostrado en la pasada contienda electoral.
Enrique Doger Guerrero, PRI, ex rector de la BUAP y ex edíl de la capital poblana. Sin embargo sobre el médico de profesión pesa su carácter autoritario y su probada ineficiencia, tanto en su paso por la Benemérita, como por el Ayuntamiento. Una sola prueba de su irresponsabilidad e incapacidad es la construcción del “Distribuidor Vial 475”, que comunica La Noria con Angelópolis, mal planeado y peor edificado, lo que provoca congestiones viales para acceder a éste y lo más grave, que el Ayuntamiento poblano tendrá que desviar más de 400 millones de pesos para corregir su pésima obra.
Javier López Zavala, también por el PRI, ya se apuntó y anda recorriendo el estado en busca de apoyos para retomar el proyecto que le truncaron el gobernador Mario Marín y el candidato Rafael Moreno Valle, mediante pacto para que el neopanista ganara con la promesa de impunidad para Marín y su burbuja, promesa cumplida, hasta la fecha. Desgraciadamente para Zavala, no quieren saber de él ni sus más cercanos colaboradores, pero sueños son sueños.
Juan Carlos Lastiri, subsecretario de SEDESOL federal, también tricolor, ya se destapó aprovechando la ventaja del puesto que ocupa y que le permite recorrer el estado como los santos Reyes Magos. Lamentablemente Lastiri arrastra el problema de lo mal ejecutado en Puebla del Programa estrella de Peña, la Cruzada Nacional Contra el Hambre, que ha arrojado malos resultados y lo que es peor, intentar combatir el hambre castigando a los de casa, a los encargados de ejecutar dicho programa, sumiéndolos en la desesperación y el hambre, al no pagarles su salarios por espacio de cinco meses; como reza el refrán “en casa del herrero, azadón de palo”.
Alberto Jiménez Merino, también priista y delegado de SAGARPA, es otro de los suspirantes por la candidatura. Jiménez Merino, ingeniero de profesión, es quizá, de los pocos priistas confiables, eficiente y disciplinado, sería una de  las mejores cartas del tricolor, a pesar de las acusaciones de su cercanía con Mario Marín.
Blanca Alcalá, senadora, también del PRI, aunque es muy mencionada, ya se auto descartó, porque, según ella,  sus sueños son vivir seis años en Casa Puebla, no un año 800 meses. De ella, hemos escuchado muchas voces que exigen que sea gobernadora, sí,  pero de Tlaxcala, su estado natal.
Por parte de MORENA, que seguramente será fiel a la balanza, se manejan tres nombres: René Sánchez Galindo, representante de su partido ante los órganos electorales; Pedro Hernández López,  ex candidato por el Distrito IX de Puebla y Fernándo Jara, coordinador de Morena. De los tres, probablemente haría mejor papel Sánchez Galindo, sin embargo es temprano para que Morena pueda ganar el gobierno, pero como ya lo demostró en el reciente pasado proceso electoral, arrebatará muchos miles de votos tanto al PRI como a la posible coalición que encabece Tony Gali.
Los demás partidos, con la probable excepción de Movimiento Ciudadano, son pipitilla que se moverá de acuerdo a sus muy particulares intereses. (P)

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