¡Donde cobro mis 500 pesos!

Por Alberto Mendoza

Hoy en la mañana, mientras lustraban mis zapatos, como regularmente acostumbro en el zócalo de la ciudad, unos señores de la tercera edad, cinco amigos de quien le daba servicio a mis “cacles”, emocionados hacían cuentas de cuanto van a recibir tan luego tome posesión el nuevo gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.

Uno de estos entusiastas simpatizantes de quien regirá los destinos de nuestro estado por los siguientes seis años, les decía a sus compañeros de vida: “cuando escuche a Moreno Valle que si votabamos por él, nos regalaría 500 pesos mensuales a cada uno de los adultos mayores, la verdad me entusiasmó porque recibo una miseria de pensión; luego de haber trabajado más de 40 años me “huesean” mil seiscientos pesos mensuales, con eso tenemos que vivir, o mejor dicho malvivir mi esposa y una de sus hermanas, bueno la que le queda, porque ya todos sus hermanos se murieron. Los tres vivimos con esa miseria, y fíjense, nomás que el gober nos de los 500 pesos a mí, a mi señora y a su hermana, pos ya son mil 500 pesos, más la limosna de mil seiscientos que pesos de mi pensión, ya son más de tres mil pesos, no pos con eso ya la brincamos. Nada más falta que nos digan a donde pasamos a cobrar esa lana”.
Yo hojeaba una revista, como si no prestara atención a tan amena y optimista charla entre esos amigos de la tercera edad, que ya hacen cuentas de una promesa de campaña. De momento el metiche de quien le daba brillo mis zapatos, me metió a la conversación; “haber pregúntenle aquí al joven”. En la torre, dije para mis adentros.

-“Haber mi jovenazo”, ¿usted sabe como va a estar eso de los 500 pesos?

-No, pues me están haciendo la pregunta de los trescientos mil “pancholares”, eso solamente se lo puede responder quien lo prometió.
- “¿Pero verdad que si nos va a dar esos 500 pesos? Si por eso yo voté por Moreno Valle.
-“Yo también”, dijeron casi a coro los demás participantes de esta discusión.
-Yo lo único que les puedo decir es que esperen a que tome las riendas del gobierno, y si eso prometió, seguramente así será.

Terminado el servicio a mi calzado me despedí de los entusiastas amigos, que se quedaron haciendo cuentas de esos 500 pesos que les prometieron.