jueves, 4 de febrero de 2021

El poder tiene fecha de caducidad.

         
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 “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.

Por Alberto G. Mendoza Ruiz

Que la detención de Mario Marín sirva como recordatorio de que el poder tiene fecha de caducidad y que cuando se acaba, se acaba; dejan de ser “Dios en el poder”, “los héroes de la película papá” y regresan a la cruda realidad, "al terreno de los mortales". Es lamentable la transformación kafkiana que sufren algunos cuando llegan a un cargo de cierto nivel, desde donde tienen poder de decisión y manejo de recursos, de inmediato cambian, se vuelven insolentes, prepotentes y se dedican a llenar   sus bolsillos. De súbito aumentan sus “amigos”, salen familiares hasta por debajo de las piedras y un sinfín de lambiscones que se desviven en halagos. Es ahí cuando comienza la debacle del sujeto en el poder temporal...           Andrés Manuel López Obrador siempre repetía  que el poder a los inteligentes los marea y que a los tontos los vuelve locos. Eso le pasó a Mario Marín, de inmediato perdió el piso y comenzó a dar tumbos hasta llegar a lo que es hoy, un preso más.  Sería bueno saber la opinión de aquellos que se decían sus amigos... “El qué horas son, las que usted mande señor”, se acabaron para siempre…    En ese espejo se deben mirar todos, que no se les olvide que hoy, solamente hoy, tienen poder, porque mañana...    Destaca un refrán popular: “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”…