POLÍTICA

lunes, 13 de diciembre de 2010

Focos rojos en Sedena ante posible intervención de EEUU

Un sector del Ejército Mexicano no está de acuerdo con Calderón y hace importantes señalamientos

Una parte del caos y la violencia es inducida desde el exterior con la anuencia del gobierno federal

Aseguran tener información de que los atentados con carros bomba probablemente no fueron efectuados por el narco y pudieron ser obra de extranjeros

EPR también en alerta ante posible intervención

La supuesta “estrategia” para permitir el ingreso de tropas estadunidenses a territorio mexicano buscaría que la propia sociedad mexicana demande más “seguridad” sin importar el origen de la “ayuda” y que los demás países consideren que la intervención sería “humanitaria”, ante bandas criminales que han superado al Estado mexicano.

La intervención ya está ocurriendo según analistas, aunque no sea con tropas pero llegará el momento en que entrarán tropas

“Pero históricamente está visto que una vez que Estados Unidos se instala en algún país, es muy difícil que salga”

Se trata de un ardid de la guerra de baja intensidad diseñada por los militares estadunidenses.

Militares en activo, generales y coroneles –que ocupan cargos operativos en el Ejército Mexicano– manifiestan su preocupación ante la posible intervención militar de Estados Unidos en México. Se muestran frustrados por la política de Felipe Calderón, obsequiosa ante los duros del Pentágono, y advierten que se construye el “escenario” para el ingreso de tropas estadunidenses a territorio nacional. Señalan que una parte del caos y la violencia en ciudades mexicanas es inducida desde el exterior con la anuencia del gobierno federal. Especialistas en seguridad nacional coinciden en que se generan las condiciones que justifiquen una “cooperación más estrecha” en el plano militar entre ambos países.

El pasado 18 de junio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calificó como “superpotencia” a las bandas del narcotráfico que operan en México. El hecho apenas mereció unas líneas en páginas interiores de algunos medios impresos. Pero militares de la Segunda Sección del Ejército Mexicano (encargada de las labores de inteligencia) terminaron por desesperarse: observan como inminente la llegada de tropas estadunidenses al país, una demanda de los sectores castrenses más duros de la Defensa Nacional de Estados Unidos.

“Institucionales”, acostumbrados a callar sus diferencias con los civiles y renuentes a comentar las discrepancias al interior de las Fuerzas Armadas, esta vez los militares prefieren hablar. Señalan que parte de la violencia que se ha desatado en las últimas semanas podría ser “inducida”. Y acusan al gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa de preparar el “escenario” para una intervención estadunidense abierta.

Aseguran contar con información de que los atentados con carros bomba (uno realizado en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 16 de julio, y dos más en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el 26 de agosto de 2010) pudieron no ser obra de las bandas de narcotraficantes. Incluso, es probable que no hayan sido realizados por mexicanos.

“No es el modus operandi de los cárteles ni de los grupos armados con reivindicaciones políticas”, dice uno de los divisionarios que solicita mantener bajo reserva su identidad. Agrega que en círculos castrenses existe inquietud ante la desestabilización del país y las acciones del gobierno federal que, más que contenerla, parecen propiciarla.

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