Por Alberto G. Mendoza Ruiz
Las “corcholatas” de Morena: Adán, Claudia, Ebrard, Monreal y Noroña, solamente son los actores principales del teatro fantástico del presidente Andrés Manuel López Obrador. Porque en realidad, solamente es un teatro el que están armando… Es un teatro y lo sostengo, porque digan lo que digan las “cocholatas”, el candidato del nuevo PRI, con color marrón, será el que diga el dueño del circo… Al final del camino, la única encuesta que valdrá, es la que haga el dedito presidencial, eso es todo, lo demás es cuento. Todo parece indicar, que de las cinco “corcholatas”, solamente dos están en el ánimo del tabasqueño, Claudia y Adán, sus incondicionales… Si en lugar de encuesta se llevara a cabo una elección con urnas y padrón, sin duda los finalistas serían el carnal Marcelo y el “changoleon” Noroña, porque Monreal no es de las querencias de ya saben quien y antes de empezar la competencia ya está descalificado. Por eso digo que cualquiera de los dos, el carnal y el changoleon, tendría más votos que los mosqueteros del rey… Sin embargo en la época de la mal llamada Cuarta Transformación”, donde solo los chicharrones presidenciales truenan y el resto inclina la cabeza, el ungido del señor estará entre la ex jefa de la CDMEX y el ex operador de Bucareli. Las demás corcholatas ya tienen amarrado un cargo en el próximo sexenio para que no hagan olas y todos felices… Se preguntarán, entonces donde queda la voluntad de la gente y les digo, sin temor a equivocarme, que esa, esa no cuenta, el pueblo bueno ya tiene sus maicitos y a obedecer… Esta triste historia se va a replicar en Puebla, que comenzará en septiembre, con el mismo libreto con diferentes actores. Aquí en la tierra del camote, se rumora una lista larga de soñadores que aspiran a disfrutar el presupuesto de más de 120 mil millones de pesos por año. ¡Quien carajos no! En el equipo de Casa Aguayo, Julio y Olivia, mientras que en la esquina de Morena, ya se apuntan Abdala, Alejandro y Nacho… Pero igual que el caso de las corcholatas presidenciales, las poblanas están sujetas a lo que decida el rey viejo, nadie más, no se hagan bolas con las encuestas, que solamente son un instrumento de manipulación y distracción, para hacer creer que no es el presidente el que decide, sino la militancia. SI también se hiciera una elección con voto directo y secreto, la balanza se inclinaría entre Alejandro y Nacho, con la probabilidad de que el ex edil de Acatzingo se llevara la corcholata de oro… Pero como ya sabemos que la opinión del pueblo sabio es lo que menos importa, el próximo candidato será “mesmamente” el que decida el odiador del aspiracionismo y lo que huela a fifi… Si no me creen, me vale, me canso ganso. (A)
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