martes, 22 de diciembre de 2020

 
“Vamos muy bien”, dijeron... ¡Mentira, vamos muy mal!

· Estamos sufriendo las consecuencias del ”Buen Fin” y la apertura comercial apresurada.

· A pesar de la gravedad de la pandemia, se han negado a reconstruir el Hospital de San Alejandro.

· Hace casi dos años anunciaron la reconstrucción del Hospital, pero en tantos meses no han invertido un peso.

· Sin embargo para el Tren Maya, un capricho presidencial, miles de millones de pesos.

Alberto Gerardo Mendoza Ruiz

Como dicen, odio decir se los dije, pero se los advertí, que era muy apresurado además de muy irresponsable, autorizar la reapertura del comercio, la industria y otras actividades, que, aunque esenciales para la economía, la vida humana está muy por encima de esto, sin embargo ya les urgía seguir ganando dinero o no seguir perdiendo, que para el caso es lo mismo, ¿el resultado? el incremento grave de la pandemia con la saturación de hospitales y la pérdida de vidas.

Sin embargo y esto es muy grave, para poder reabrir el comercio y complacer a los empresarios que no dejaban de presionar al gobierno, las autoridades federales y estatales nos mintieron con el cuento de que se estaba controlando la pandemia, porque de acuerdo con información de la OMS, Organización Mundial de Salud,  los contagios nunca han bajado y que al contrario, siguen a la alza.

Esa decisión apresurada y con la confianza en lo dicho por las autoridades de que ya no había tanto riesgo de enfermarse,  provocó aglomeraciones en tiendas, centros comerciales, iglesias y restaurantes Etc.

Todavía tuvieron la desfachatez de realizar una vez más la farsa de “El Buen Fin”, lo que originó todavía mayores gentíos en las calles y comercios. Bueno, hasta el gobierno federal adelantó el aguinaldo a sus trabajadores para que salieran a comprar.

Nadie lo dice, pero existe una responsabilidad hasta de carácter penal de las autoridades, que por incompetencia o negligencia, provocaron una verdadera desgracia en el país.

Es importante destacar que los países que tomaron medidas precautorias a tiempo nunca sufrieron el daño que nosotros estamos pasando.

He comentado el caso de Viet Nam que hace frontera con China. En ese país tomaron todas las medidas necesarias, cerraron fronteras, cerraron aeropuertos y examinaron rigurosamente a quienes llegaron del extranjero. ¿El resultado? Hasta donde me informé, cero muertos y pocos contagios. Sin embargo aquí nuestro gobierno hizo absolutamente nada, llegaban y salían vuelos internacionales, principalmente de Estados Unidos y Europa, además de que no examinaban a nadie en los aeropuertos.

Yo viajé a principios marzo al  norte del país y en ningún lugar ni en el aeropuerto de la Ciudad de México vi que revisaran a nadie. Muchas personas, artistas de televisa que llegaron de otros países hacían la misma pregunta, por qué no había control sanitario. 

Por eso me atrevo a afirmar que nunca han implementado estrategias sanitarias reales, y solamente se han  limitado a lanzar discursos, pero nada que aterrizara en algo concreto que frenara el caos que nos está matando poco a poco. Desgraciadamente muchos de esos discursos fueron para que no nos preocupáramos, porque decían: “vamos muy bien”. ¡Mentira, vamos muy mal!

El presidente que siempre ha mostrado desprecio por el cubreboca, porque le dijo Gatell que no sirve para nada, tiene gran responsabilidad en la necedad de la gente que no se cubre; “si el presidente dice que no sirve para que me lo pongo”, dicen muchos. Por si faltara poco, Obrador se ha negado también a quedarse quieto y sigue realizando giras por todo el país, provocando aglomeraciones y lo que resulta de ellas.

Finalmente quiero destacar la falta de decisión de los gobiernos de los tres niveles, por no tomar medidas drásticas que sometan a los irresponsables que no quieren guardar las medidas adecuadas y que saturan las calles no por necesidad, sino por necedad.

A los dos niveles de gobierno, federal y estatal, pero principalmente al de la república, les reprocho por negarse a destinar recursos para que la gente no salga a la calle, por medio de la propuesta de legisladores, a destinar el Ingreso Solidario Vital de tres mil 700 pesos mensuales mientras dura la pandemia a los grupos vulnerables.  A muchísimos solo les quedan dos caminos, quedarse en la casa y morir de hambre o salir a buscar el sustento y contagiarse.

Ha, pero el gobierno federal presume a cada rato que a pesar de la crisis económica por la pandemia, no pidieron prestado para ayudar a quienes más lo necesitan.  En una ocasión el presidente Obrador tuvo la mala fortuna de declarar que no ayudaría a las pequeñas y medianas empresas, que “quiebre quien tenga que quebrar” dijo.

En cuestión dela salud debe decir lo mismo, que se muera quien se tenga que morir, pero más dinero para Salud ya no hay. Porque la gente se muere en los hospitales del sector salud, porque lo único que ofrecen es una cama y nada más y al que le respondió su organismo y no se murió, pues que bueno, pero más no dan.

Al contrario en los hospitales privados, a los que pueden pagar la atención de primera, la oportunidad de sobrevivir es muy alta, porque altos son los costos que tienen que pagar en medicamentos, equipo y atención, hasta millones de pesos cuesta la atención.

Otro punto inhumano que está cometiendo el gobierno federal, es que en lugar de construir hospitales en estos momentos que se requieren con urgencia, destina cientos de miles de millones de pesos en un aeropuerto y un tren, el llamado Maya.

Hace un año, el 6 de febrero vino a Puebla Zoé Robledo director del IMSS, acompañado de mandos militares para hacer el anuncio de la reconstrucción del hospital de San Alejandro que se dañó con el terremoto de 2017. Ya se van ha cumplir dos años y no han movido un dedo para cumplir con ese ofrecimiento. Pero que tal va el trenecito del presidente. (p)

 

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