En los últimos tiempos la ciudad de Puebla se ha convertido en un verdadero desbarajuste para quienes tenemos la necesidad de trasladarnos de un lado a otro, por el altísimo número de automotores que a diario circulan por las calles de la ciudad, y sobre todo, por la falta de nuevas avenidas y calles que den viabilidad a quienes vivimos en la Angelópolis.
Lamentablemente, las autoridades no han tomado en cuenta la urgente necesidad de nuevas arterias. Manuel Bartlett Díaz como gobernador, fue el último mandatario que construyó importantes avenidas que en su momento fueron una solución, pero que en la actualidad, están siendo rebasadas por la circulación de miles de nuevas unidades. El ex gobernador Bartlett Díaz tuvo el tino de construir el Anillo Periférico y la “Vicente Suárez” sólo por citar dos obras.
Lamentablemente los nuevos gobernantes, estatales y municipales, restaron importancia al crecimiento de la ciudad y al número de habitantes y automotores que cada año aumenta en forma desmedida. Nadie más tuvo la voluntad de enfocar el presupuesto hacia la inversión en nuevas avenidas.
Los gobernadores se hicieron de la vista gorda y los presidentes municipales se dedicaron a tirar el dinero en obras de ornato, simplemente para dejar que el tiempo pasara sin duda ara hacer negocio y para buscar nuevos cargos públicos.
Los alcaldes
El primer presidente municipal panista Gabriel Hinojosa no hizo nada importante, por no decir nada, tanto que en los últimos días de su gobierno con el dinero que “sobró”, una parte lo donó y con otra compró de último momento varios edificios, donde está ubicada la Tesorería Municipal, por ejemplo.
Mario Marín como alcalde amplió la 11 sur y pavimentó calles del sur de la ciudad, pero no construyó nuevas avenidas.
Luis Paredes Moctezuma se dedicó a pintar fachadas y a gastar en el llamado distribuidor Juárez Serdán que sirvió para muy poco y a un costo de casi mil millones de pesos. Una obra mal hecha que como burla hacia los ciudadanos “dejó la primera parada del metro”.Enrique Doger tampoco tuvo la voluntad de construir nuevas avenidas.
Blanca Alcalá se dedicó a quitar adoquín en buenas condiciones del centro de la ciudad para poner en su lugar planchas de cemento. La primera mujer presidenta fue un verdadero fraude y ahora tiene el descaro de buscar se senadora.
Eduardo Rivera Pérez el tercer alcalde panista a la fecha ha resultado el peor de todos; se sacó de la manga el ofrecimiento de pavimentar mil calles por año, ofrecimiento que no cumplió porque a pesar publicitar cumplida su promesa, nadie sabe donde están esas calles porque se ha negado a dar la dirección de las mismas. De nuevas avenidas mucho menos, ni siquiera están en su proyecto de gobierno.
Desgraciadamente la irresponsabilidad de estos malos gobernantes ha llevado a la ciudad a convertirse en una verdadera pesadilla en materia de vialidad.
A pesar de que Puebla es un caos en esta materia, el gobierno del estado no solamente no tiene contempladas nuevas avenidas, sino que está convirtiendo las que tenemos, en un verdadero infierno. Se sacaron de la manga el viaducto Zaragoza que no resuelve nada porque en esa parte de la ciudad no hay ningún problema vial
La Diagonal Defensores de la República, es un ejemplo de la anarquía y la improvisación; antes de esta administración ya era un serio problema que requería, mínimo un segundo piso. Pero no solamente no buscaron mejorar la avenida o construir otra alterna para desahogar el tránsito, sino que se les ocurrió la maquiavélica idea, de que el prometido metrobús circule por esa y otra de las saturadas avenidas.
Esto genera que la Diagonal se convierta en lo que de aquí para adelante será un verdadero infierno. Si de por sí esta arteria era un problema, ahora con un carril menos por sentido es ya un verdadero embrollo.
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