F. Humberto Sotelo M.
Entre los sinónimos de Barroco destacan los siguientes : “recargado, ostentoso, ampuloso” (Vid. Diccionario Manual de sinónimos y antónimos de la Lengua Española, Larousse Editorial , 2007).
Tales vocablos encajan a la perfección con el estilo de algunos de nuestros diputados locales que aprobaron el proyecto del Museo Barroco, promovido por nuestro barroco gobernador Rafael Moreno Valle.
Así, durante la sesión del Congreso en la que aquéllos aprobaron dicha iniciativa, el diputado Guillermo Aréchiga expresó que con el Museo “Puebla dejará de ser una aldea (sic) y se codeará (sicazo) con las grandes capitales europeas” (supersicazo). (Véase la nota que escribió al respecto Enrique Núñez, en su columna de Intolerancia, 21 de marzo de 2013).
Por su parte, el diputado panista Jesús Zaldívar, con voz tonante –cual Júpiter olímpico-- espetó : “¡Un voto en contra de este decreto es un voto en contra de la cultura!”.
¡Órale!....¡Vaya ejemplos de barroquismo!
¿En qué otra parte del mundo podemos encontrar tales muestras de “ostentación y ampulosidad”?
¿En qué otra parte del mundo podemos encontrar diputados tan fervientemente preocupados por el desarrollo de la cultura? (a un grado tal que no titubearon en aprobar el proyecto de marras, mismo que implicará una erogación de alrededor de mil 400 millones de pesos).
Ante tal despliegue de barroquismo y de inquietud por la cultura, este humilde columnista propone otorgar a los diputados poblanos (en particular a Zaldívar y Aréchiga) la presea “Camote barroco”, misma que hace unas semanas recomendamos conceder al ex titular de la SEP y actual Secretario de Gobierno Luis Maldonado Venegas, como un homenaje a su magnífica idea de abastecer al Museo con obras representativas del arte barroco de países como China y otras naciones en las que tal expresión artística alcanzó un gran esplendor (le faltó mencionar a países como Australia, Malasia, Singapur, Tailandia, etc.), saliéndole así al paso a los malpensados que manifestaron su inquietud ante la posibilidad de que nuestros templos barrocos enfrenten la amenaza de que buena parte de su patrimonio sea enviado al multicitado Museo.
Ahora bien, aunque estamos totalmente de acuerdo con el diputado Aréchiga en el sentido de que con el Museo Barroco “Puebla dejará de ser una aldea”, nos surge la siguiente inquietud: ¿qué hacer para que la “belleza barroca” de nuestra ciudad capital no resulte “afeada” con tantos mendigos, desempleados y ambulantes que recorren sus calles?
¿No sería conveniente que nuestros diputados ideasen alguna brillante iniciativa –como las que han tenido últimamente-- enderezada a resolver a fondo tal problema?
¿No sería conveniente, por ejemplo, que acordasen expulsar a los pobres que merodean por nuestra Angelópolis, ora otorgándoles una beca para que se trasladen a estados vecinos como Tlaxcala, Hidalgo, Oaxaca, ora brindándoles facilidades para que se conviertan en braceros en un país como Corea del Norte, nación en la que sin duda serían muy bien recibidos ante la urgente necesidad que tiene de “carne de cañón”, frente a la posibilidad de una guerra con Corea del Sur?
Mencionamos sólo algunas ideas, pero podrían surgir muchísimas más.
Ojalá y nuestros flamantes diputados impulsen –en el lapso más breve posible—alguna iniciativa por el estilo.
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