Las libertades civiles, grandes perjudicadas de la gestión gubernamental del coronavirus en todo el mundo
El Salto
limitar la libertad de prensa. (Mathieu Delmestre)
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Un informe de la plataforma Civicus, formada por 20 organizaciones internacionales, muestra que determinados gobiernos han usado la pandemia del covid-19 como pretexto para el recorte de libertades. En concreto, las políticas de confinamiento y “el uso de la detención como táctica generalizada” pone en duda, según Civicus “si los gobiernos siempre estuvieron genuinamente motivados por la necesidad de garantizar la salud pública o si, en cambio, covid-19 se utilizó como pretexto para reprimir las protestas”.
Uno de los casos que destaca esta plataforma es la orden de reprimir las manifestaciones tras el asesinato policial de George Floyd en Estados Unidos. El ahora presidente saliente, Donald Trump, instó a que se sofocasen las protestas con “el ilimitado poder del ejército” y para ello se utilizó gas lacrimógeno, cuyo efecto sobre las vías respiratorias no es aconsejable en plena expansión de una enfermedad como el coronavirus. No ha sido una excepción, en Francia se produjo el mismo uso de este armamento menos letal.
“Algunos gobiernos utilizaron la pandemia de covid-19 como una oportunidad para silenciar las voces críticas”, reseña esta plataforma, que critica la censura sobre informaciones relativas a la pandemia en China, Turquía o Tanzania, donde se hostigó a periodistas que cuestionaron la política oficial de minimizar el impacto del virus.
El informe de 2020 muestra que once países han descendido en la clasificación de libertades. En la actualidad, casi una cuarta parte de la población vive en regímenes con espacios de libertades “cerrados” y un 43,3% en regímenes represivos. A lo largo del año de la pandemia, en Costa de Marfil, Guinea, Togo, Filipinas y Níger se ha descendido desde niveles de “obstrucción” a las libertades civiles hasta la categoría de regímenes represivos. En Iraq, se ha pasado de un régimen represivo a uno cerrado. Costa Rica y Eslovenia son países que tenían regímenes abiertos para las libertades civiles que, en 2020, han dado un paso atrás para introducir limitaciones o restringir derechos.
El 87% de la población mundial vive en regímenes cerrados, represivos o con libertades limitadas. Es un 4% más de población que el informe de 2019. El uso de fuerza en manifestaciones, la prohibición del uso de la esfera pública, la censura a periodistas o su detención, el acoso o persecución a militantes políticos, sindicales o ambientales, forman parte del repertorio de recorte de libertades que incluye este informe anual.
En el caso de España, en 2020 no se reseñan grandes novedades: sigue en el segundo escalafón de libertades “limitadas” y solo se constata una degradación con respecto al ejercicio anterior en tres aspectos: el uso de software gubernamental para el espionaje de líderes independentistas, las amenazas de Vox a la libertad de prensa y el mantenimiento de la Ley Mordaza.
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