ÁNGEL Ibáñez Fonseca.
Existe el riesgo de que se prostituya la elección con la intervención de recursos ajenos a los que la ley establece, por lo que todos debemos de estar atentos a que esto no ocurra para evitar que la intromisión del poder económico decida el resultado; advirtió Manuel Bartlett Díaz, ex Gobernador del Estado de Puebla y aspirante a Senador por parte de la Coalición “Movimiento Progresista”; durante su Conferencia “El dinero, la política y el poder” impartida en la Universidad Iberoamericana.
En donde acompañado por el Mtro. Miguel Reyes Hernández, Director del Departamento de Ciencias Sociales y Juan Luis Fernández Avendaño, Coordinador de Ciencias Políticas de la Universidad Iberoamericana mencionó que el tema principal de su disertación era una reflexión para entender la forma en que se desenvuelven los procesos electorales y las tres dimensiones dentro del ejercicio del poder: legitimidad de origen, que significa cómo llega al poder el grupo que lo detenta; legitimidad de ejercicio, cómo se desempeña este grupo durante el ejercicio de la función pública y la legitimidad en cuanto a la finalidad. Lo anterior para entender la utilización del dinero dentro de la política y el ejercicio del poder.
Partiendo de un análisis acerca del tema publicado por el Programa de Desarrollo a nivel mundial y de América Latina de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) recientemente publicado, explicó que la utilización del dinero en el proceso electoral, la forma en cómo se utiliza y los instrumentos del dinero en el poder económico para intervenir en las elecciones, trae como consecuencia la prostitución del poder público.
Esto significa dijo, pérdida de las condiciones igualitarias de la competencia; la distorsión de la agenda política a partir de la cual se gestan las opciones electorales; limitación de las opciones de cambio, pues hay temas que quedan fuera por la influencia del dinero.
Además, provoca que la desigual oportunidad de difusión de la imagen del candidato haya llevado a que los medios de difusión jueguen un papel decisivo en la elección, pues el dinero es el que otorga la posibilidad de acceso a estos medios y consecuentemente a la opinión pública. Los medios de comunicación aún son decisivos en las campañas electorales pero el dinero aumenta su influencia, afirmó.
Refirió que con ello las campañas tienden a vaciarse de contenido programático, la propaganda reemplaza la propuesta y el dinero otorga la capacidad para hacer propaganda.
Se produce así un ciclo negativo que deteriora la calidad de la opción electoral, el candidato así en este ciclo negativo es tratado como un objeto de publicidad y no como el portador de opciones de cambio verdadero para la sociedad.
La propaganda reemplaza el debate y al programa de cada partido por lo que la correlación de la pobreza del debate y las propuestas programáticas hace que sea alta la pérdida de opción electoral. El dinero compra votos y favores y con ello aumenta el carácter clientelar de una elección.
Explicó acerca de la relación del impacto del dinero en el ejercicio del gobierno, en donde apuntó que uno con el otro están conectados, el dinero en el proceso electoral y el dinero en el ejercicio del gobierno. Lo que trae como consecuencia que las decisiones del Estado recaigan en quienes tienen más recursos y capacidad para influir y no en las mayorías.
Consideró que esto es lo que pasó con Vicente Fox Quezada y ahora con Felipe Calderón Hinojosa, en donde se dejaron de aplicar políticas necesarias para el interés general, se alejaron de la acción del gobierno para las expectativas del electorado que los eligió, lo que generó una poderosa fuente de corrupción; está es, dijo, la influencia del dinero, finalizó.
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