david lópez
Por fin sucedió lo que los priistas poblanos venían esperando desde hace semanas, la renuncia de Fernando Morales Martínez, quien ocupaba ilegalmente la dirigencia del CDE del PRI y lo había puesto los pies del gobernador Rafael Moreno Valle
Por medio de una carta dirigida al presidente nacional del PRI Pedro Joaquín Coldwell, Morales Martínez argumenta que deja el cargo ante el ofrecimiento para trabajar en el equipo de Peña Nieto.
Sin embargo, a pesar de lo que argumenta en su carta de renuncia, Fernando Morales a su paso por este instituto político deja muy malas cuentas. La primera y más grave, poner al PRI estatal al servicio del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, así corrier a docenas de trabajadores y delegados políticos, quebrar las finanzas y dejar a “su partido” en la indefensión y el desprestigio.
También argumenta que deja las finanzas sanas, cuando hace unos meses ese fue el pretexto para desmantelar al PRI, a pesar de que había respondido durante la campaña que contaba con suficientes recursos para enfrentar la contienda electoral.
Sin embargo Fernando Morales durante la campaña electoral última pasada, se negó sistemáticamente a destinar recursos para la misma ni apoyar a sus candidatos. No hay dinero, lo que tengo es para enfrentar los gastos para el resto del año.
Fue así como la pasada contienda electoral fue una de las más descuidadas por el Comité Directivo Estatal, se rumora que fue por órdenes del gobernador, para que los candidatos del PRI no tuvieran oportunidad de competir en igualdad con los aspirantes del PAN.
De esta manera culmina Fernando Morales Martínez su paso por la dirigencia priista, con más saldos negativos que positivos.
No ha comprobado los 14 millones 750 mil pesos de prerrogativas que recibe el partido, de acuerdo al IEE debe presentar informes trimestrales, cosa que no hizo
También debe comprobar en que se gastó la cuota que exigía a los 103 presidentes municipales del PRI y diputados locales, además debe de aclarar el uso de los más de 30 mil pesos mensuales por la renta del local a una institución bancaria.
A pesar de contar con suficientes recursos económicos, de gozar de un sueldo de 80 mil pesos mensuales Morales Martínez, y de pasarse la mayoría del tiempo de vacaciones, no tuvo ningún empacho en despedir a los trabajadores del PRI.
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