Por Raúl Torres Salmerón
Poco difundido por las autoridades en el estado de Puebla, pocos conocen lo que la Alerta AMBER.
Se trata de un sistema masivo de notificación de menores de edad desaparecidos, de cero a 18 años que se ha puesto en práctica en varios países. En México se instrumentó este programa en 2012.
AMBER es un acrónimo en inglés de las palabras America's Missing Broadcasting Emergency Response. Se relaciona con la niña Amber Hagerman, quien fue secuestrada y días después localizada sin vida en Arlington Texas, en ese año.
Los expertos en el robo, desapariciones y secuestro de menores de edad, han señalado que las primeras horas del delito son vitales para que la autoridad y sus organismos policiales intervengan. La alerta del desparecido se emite inmediatamente por medios de comunicación, televisión, radio, internet, pantallas electrónicas, sms y otros para que la foto sea conocida por el mayor número de personas y pueda evitarse el delito.
Para activar la alerta se requiere de la denuncia, que la policía valide la desaparición del menor, contar con su foto, de los sospechosos y suficiente información.
A la fecha está instituida en Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Países Bajos, Francia y México. En nuestro país está activada en el Distrito Federal y los estados de Chiapas, Coahuila, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Puebla, Jalisco, Sinaloa, Sonora, Nuevo León, Tlaxcala y Yucatán.
Lo anterior viene a colación porque la Senadora de la República poblana priista María Lucero Saldaña Pérez, presentó un exhorto al gobierno federal para que informe los avances en la implementación del Programa Nacional Alerta AMBER México.
El 2 de mayo del 2012, el gobierno federal implementó y puso en funcionamiento este programa nacional para buscar y localizar niñas, niños y adolescentes que se encuentren en riesgo eminente de sufrir daño grave a su integridad personal, ya sea por motivo de ausencia, desaparición, extravío, la privación ilegal de la libertad o cualquier otra circunstancia donde se presuma la comisión de algún ilícito ocurrido en todo el territorio nacional.
Un informe de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados, destaca a su vez que entre 25 y 45 mil menores en México viven en condiciones que los hacen susceptibles a la trata de personas y se añade que en el país son robados o se extravían al año alrededor de 40 mil menores de edad.
En la sesión del jueves 12 de septiembre de 2013.Saldaña Pérez, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Organismos No Gubernamentales, pidió al Ejecutivo Federal la creación de dos aplicaciones para dispositivos móviles:
Una, dedicada a prevenir, detectar, denunciar y atender la violencia de género y la trata de personas.
Dos, para apoyar la búsqueda y pronta recuperación de niñas, niños, adolescentes, tras la emisión de una alerta AMBER a través de redes de apoyo seguras.
Se trata de poner a disposición de usuarios textos, teléfonos de utilidad, testimonios, videos, audios, consejos, documentos, enlaces a sitios web, botón de auxilio y mecanismos de autoprotección, diseñados para que también se puedan volver indetectables para el agresor y salvaguardar la intimidad de la víctima.
No dejar huella, ni en la marcación ni en la factura. Además, no sólo se dirige a las víctimas, sino también a quien sospeche la existencia de un caso de estos tipos.
Proporciona información y herramientas para actuar desde la detección, hasta la denuncia, testimonios reales, ese botón de auxilio y mecanismos de autoprotección.
Hasta aquí la propuesta de la legisladora poblana.
No es mala idea, pero en vez de descargar aplicaciones, que estarían sujetas a la mentalidad del dueño del móvil, es que las compañías telefónicas así como envían promociones, noticias y cobros, lo hagan para que millones de mexicanos puedan coadyuvar con la autoridad en estos temas.
En fin, como escribió Mario Benedetti (Uruguay, 1920-2009) en su poema Desaparecidos:
Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada.
Nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos
ven pasar árboles y pájaros
e ignoran a qué sombra pertenecen.
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