¿Puebla tiene un presidente municipal pelele?
¿Eduardo Rivera es institucional hasta la humillación?
Cuando gobernó el municipio el panista Gabriel Hinojosa Rivero se habló mucho de que no era bien tratado por el gobernador priista Manuel Bartlett Díaz, sin embargo la relación institucional entre ambos mandatarios se dio en el ámbito del respeto y el apoyo presupuestal mejor que a los gobiernos priistas anteriores. Luego volvió a ganar el PAN con Luis Paredes Moctezuma y siguió el respeto entre gobernador Melquiades Morales hacia el alcalde panista de Puebla. Las noches del 15 de septiembre ambos mandatarios salían al balcón de Palacio Municipal a dar el grito, sin importar que eran de partidos diferentes. Siempre hubo respeto del gobernador hacia el presidente municipal.
Tristemente para la entidad y sobre todo para los humillados panistas, hoy que gobernador y alcalde de Puebla son del mismo partido azul las cosas son muy diferentes, la lista de desencuentros entre ambos cada día es más larga. El gobernador Rafael Moreno Valle no pierde oportunidad para mostrar la aversión que siente por el alcalde de Puebla y por los poblanos.
Por la mañana del 15 de septiembre. El alcalde Rivera Pérez comentó emocionado como un hecho histórico que el grito lo darían por primera vez gobernador y alcalde del PAN. Pocas horas después tuvo que tragarse sus palabras ante la humillación que le encajó su compañero de partido el gobernador Moreno Valle al no permitirle salir al balcón a dar el grito como marca la tradición. Al gobernador sólo lo acompañó su esposa Erika Alonso. Al alcalde Rivera lo dejaron parado, en ridículo, humillado, como un pelele.
Desde la mañana del 15, el gobierno del estado se apoderó del primer cuadro de la ciudad, incluido el Palacio Municipal anulando a las autoridades municipales. El ejército en labores policiacas tomó el mando desplazando a los mandos municipales.
Por la noche guaruras del gobernador provocaron un zafarrancho al sacar de Palacio Municipal con empujones y manotazos a guaruras del secretario de seguridad municipal y del alcalde, acción que pudo terminar muy mal. ¿Más?
Y a todo esto… ¿Donde está el alcalde? ¿Es en verdad un pelele? ¿No tiene carácter? ¿Algo chueco le saben por lo que lo tienen amarrado de las manos? ¿O de verdad es institucional hasta la humillación?
Lo que queda claro es que el gobernador Rafael Moreno Valle dio una muestra más de la prepotencia con la que está gobernado y de su mala educación.
El gobernador debe saber que el Palacio Municipal es la casa del Presidente Municipal, por lo que debió pedir permiso para entrar y respetar el protocolo del anfitrión. No puede llegar el gobernador, del partido político que sea, a casa ajena con sus invitados a imponer su voluntad y a disponer de lo que no es suyo.
Del mismo modo que el dueño de la casa, el presidente municipal, debió imponer su autoridad y no permitir tal humillación que lo dejó mal parado no solamente entre sus subordinados sino entre los ciudadanos que lo pusieron para que los representara. (p)
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