jueves, 8 de agosto de 2013

Pista cara, 50 pesos cada 25 kilómetros y solamente un carril por sentido..

La autopista Puebla-Perote, producto de corrupción que provoca  graves accidentes.
El camión de frente circula sobre la cuneta para que los demás automóviles rebasen por la izquierda, de esa manera  indican los señalamientos, pero como señalan las flechas entre el camión y la línea del carril, no hay más de un metro para poder rebasar, de hacerlo el tráiler que circula por la derecha  se impactaría sin remedio. Eso es lo que ha sucedido desde su inauguración. Esta autopista más que una burla, es un atentado a la vida de quienes circulan por esta vía. ¿Hasta cuando?
 
Alberto Mendoza

La “nueva” autopista Puebla-Perote, que comunica más rápidamente el Puerto de Veracruz con Puebla y el Distrito Federal, es un sí una obra positiva,  ya que ahorra tiempo y facilita la comunicación entre las tres entidades federativas, sin embargo, tiene un gran pero, esta vía desde su inauguración ha sido protagonista de innumerables accidentes viales con la pérdida de muchas vidas humanas y millonarias pérdidas económicas.

Esta es la famosa, peligrosa y cara autopista
Puebla-Perote, un carril por sentido con el costo de
200 pesos por cien kilómetros. La ganancia es para la
empresa española OHL gracias a la
corrupción.
La pregunta obligada sería: ¿los accidentes se deben a la impericia o irresponsabilidad de los conductores de los automotores? La respuesta es  ¡No! La gran mayoría de los accidentes se debe a la mala planeación y construcción de tan importante vía de tan sólo 132 kilómetros dentro de los cuales se dan la mayoría de los accidentes automovilísticos. ¿Por qué? Veamos los antecedentes: La autopista fue concesionada por el gobierno de Melquiades Morales a la empresa española OHL misma que desde 2002 se encuentra en nuestro país haciendo negocios con la complicidad de los gobiernos panistas y priistas.

La construcción de la Puebla-Perote se realizó según datos oficiales, con inversión  de un 69 por ciento por parte de OHL y un 31 por ciento del gobierno de Puebla, con la condición de que la empresa española explotara dicha autopista durante 30 años. OHL a su vez concesionó la administración y mantenimiento  a la empresa Grupo Autopistas Nacionales S.A. (GANA).

Pero, la corrupción en el gobierno de Melquiades Morales permitió una pésima construcción de la autopista, obviamente  para ahorrar costos, ya que solamente cuenta con dos carriles, muy estrechos donde apenas si cabe un carro,  uno por cada dirección, pero con casetas de cobro unos cuantos kilómetros separadas entre sí,  con el costo de 50 pesos cada una de ellas, es decir 200 pesos por poco más de cien kilómetros.

El mal diseño de la ruta provoca la gran cantidad de accidentes, sumado éste a los señalamientos que obligan a los choferes a circular a la extrema derecha, hacia la cuneta de no más de un metro, para según permitir que los carros que circulan a mayor velocidad rebasen por la izquierda. Quienes se atreven a rebasar, lo hacen con la confianza de que tienen un carril por lado para circular, sin embargo cuando se dan cuenta que no caben dos carros por sentido ya es demasiado tarde, el accidente se hace inminente, con las trágicas historias que todos hemos visto, leído o escuchado.

Ya han pasado casi diez años de la puesta en funcionamiento de dicha autopista con gran cantidad de accidentes sin que nadie haya movido un dedo para resolver el grave problema.

Melquiades Morales permitió dicha atrocidad gracias a la corrupción, Mario Marín la solapó y el actual gobernador Rafael Moreno Vale no sabe, no se ha enterado, no le importa o también ya recibió su “mochada” por dejar las cosas como están.

Quienes hemos circulado por esa autopista, hemos comprobado la diferencia entre una vía peligrosa y mal hecha, la que corresponde al tramo Puebla-Perote, la que corresponde a OHL, muy cara por cierto, más de 200 pesos por poquito más de cien kilómetros y la parte que corresponde ya al estado de Veracruz. Ambas se unen en tierra jarocha donde se aprecia el cambio; la del estado vecino, cuatro carriles amplios, dos por sentido con amplia cuneta y donde afortunadamente termina el alto índice de accidentes.

Lo dicho cada pueblo tiene los gobiernos que merecen y los poblanos estamos recibiendo lo que hemos permitido.

 

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