Guatemala, viernes 04 de enero de 2013
Editorial
El portal de Internet de ‘el Periódico’ ha vuelto a ser atacado, evidentemente con la clara intención de evitar que los usuarios del mismo tengan acceso a la información que a diario difundimos por esa vía electrónica.
De hecho, el número de usuarios de nuestro portal de Internet es bastante mayor que los ejemplares que se adquieren por medio de nuestra edición impresa, por lo que los autores y cómplices de estos ataques cibernéticos están buscando liquidar nuestro espacio informativo más importante.
Inequívocamente, el objetivo es una vez más silenciarnos, censurarnos y, en suma, restringir nuestro ejercicio de la libertad de expresión de ideas, así como el derecho a la información de nuestros usuarios.
Hemos podido rastrear estos ataques cibernéticos y establecimos que los mismos tienen su origen en zonas de la Capital de Guatemala, aunque los responsables se han valido de mecanismos sofisticados para encubrirse y hacernos creer que los ataques provienen del extranjero.
Empero, la situación no se limita a esos ataques cibernéticos, sino que va más allá. En los últimos días, uno de nuestros altos ejecutivos ha sido seguido, perseguido e intimidado de manera violenta, al punto que hemos tenido que presentar las denuncias correspondientes ante el Ministerio Público y ante el Procurador de los Derechos Humanos; y, asimismo, lo haremos del conocimiento de la Relatora para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero, para que ese organismo emita medidas cautelares de protección en favor de elPeriódico.
Afortunadamente, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) todavía funciona, a pesar de los intentos de socavamiento en su contra de parte de gobiernos intolerantes. La esperanza es que el SIDH prevalezca intacto y que más bien se fortalezca en provecho de los derechos humanos del hemisferio. Sabemos que son los intolerantes de toda la vida los que están tratando de impedir que sigamos informando y opinando sobre el acontecer nacional e internacional. Son los amantes del odio, del rencor y de la intransigencia. Sin embargo, estos abusivos y prepotentes deben estar claros que no claudicaremos jamás, que preferimos morir a dejar de informar con veracidad, imparcialidad y objetividad, y a abstenernos de denunciar la impunidad y la corrupción que siguen carcomiendo las estructuras y los cimientos de nuestra sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario