Ninguna sociedad democrática puede existir sin una prensa libre, independiente y plural: Kofi Annan
México D.F., (Cencos).- El 2012 fue un año especialmente preocupante para la libertad de expresión en el país. El sexenio de Felipe Calderón cerró con el año más violento para la prensa, superando la cifra más alta de la que el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) tiene registro desde 2009, año en el que se cometieron 244 agresiones contra la libertad de expresión.
Por un lado, las agresiones a periodistas, medios de comunicación y personas trabajadoras de los medios se han incrementado en número, rompiendo las cifras más altas alcanzadas en años pasados y por otro, sigue siendo una preocupación que las agresiones graves no hayan disminuído, tan solo en 2012 fueron confirmados ocho asesinatos y cuatro desapaciones así como nueve casos de ataques a instalaciones de medios con explosivos.
Veracruz amordazado
Concretamente en el estado de Veracruz, durante 2012 observamos como el escenario para la prensa terminó por fracturarse. En ese estado, ocurrieron 6 de los 8 asesinatos y 2 de las 4 desapariciones del total del universo de agresiones, situación que colocó a la entidad en el territorio que más ha contribuido para que México siga siendo considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo.
La cobertura local sobre temas de seguridad, delincuencia organizada y corrupción, fue el motivo por el que perdieron la vida los fotorreporteros Gabriel Huge Córdoba, Guillermo Luna Varela, Esteban Rodríguez Rodríguez, Ana Irasema Becerra (trabajadora de medio) y Víctor Manuel Báez Chino, además de la muerte de Regina Martínez quien cubrió la fuente de política y seguridad para el semanario Proceso en el estado.
Veracruz concentra el mayor número de agresiones graves y un considerable número de agresiones a físicas a reporteros y reporteras, medios de comunicación y trabajadores de las áreas administrativas y de circulación. Situación que avanza de la mano con el deterioro de la situación que guardan los derechos humanos en general en el estado y al tiempo que la violencia se recrudece.
Este escenario había sido previsto desde un año atrás, sin embargo, la reacción de las autoridades no tuvo efectos favorables en cuanto a la prevención y proteción de las y los periodistas que se encontraban en peligro por su labor de informar.
Por otro lado, la impunidad generalizada continúa siendo el rasgo principal de la repetición de los delitos contra la prensa, en los cinco casos de asesinatos confirmados en Veracruz como en el resto del país, la justicia permanence ausente. No existe ninguna persona juzgada, hasta la fecha, que responda a los asesinatos y las desapariciones ocurridas.
Veracruz amordazado
Concretamente en el estado de Veracruz, durante 2012 observamos como el escenario para la prensa terminó por fracturarse. En ese estado, ocurrieron 6 de los 8 asesinatos y 2 de las 4 desapariciones del total del universo de agresiones, situación que colocó a la entidad en el territorio que más ha contribuido para que México siga siendo considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo.
La cobertura local sobre temas de seguridad, delincuencia organizada y corrupción, fue el motivo por el que perdieron la vida los fotorreporteros Gabriel Huge Córdoba, Guillermo Luna Varela, Esteban Rodríguez Rodríguez, Ana Irasema Becerra (trabajadora de medio) y Víctor Manuel Báez Chino, además de la muerte de Regina Martínez quien cubrió la fuente de política y seguridad para el semanario Proceso en el estado.
Veracruz concentra el mayor número de agresiones graves y un considerable número de agresiones a físicas a reporteros y reporteras, medios de comunicación y trabajadores de las áreas administrativas y de circulación. Situación que avanza de la mano con el deterioro de la situación que guardan los derechos humanos en general en el estado y al tiempo que la violencia se recrudece.
Este escenario había sido previsto desde un año atrás, sin embargo, la reacción de las autoridades no tuvo efectos favorables en cuanto a la prevención y proteción de las y los periodistas que se encontraban en peligro por su labor de informar.
Por otro lado, la impunidad generalizada continúa siendo el rasgo principal de la repetición de los delitos contra la prensa, en los cinco casos de asesinatos confirmados en Veracruz como en el resto del país, la justicia permanence ausente. No existe ninguna persona juzgada, hasta la fecha, que responda a los asesinatos y las desapariciones ocurridas.
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