Por Alejandro Fernández Martínez
El pasado viernes 25 de octubre, nos dimos a la tarea de realizar una encuesta a las afueras del Sindicato de Burócratas donde se realizó una supuesta elección de Comité Electoral, quién estará a cargo de la elección de su próximo Secretario General.
De entrada, y muy puntuales a la cita, los trabajadores desde las 16 horas, hora de inicio de la jornada, ya conformaban una larga fila.
En espera de los primeros votantes, platicamos con algunos de la fila, quienes nunca se enteraron que en la supuesta elección, sólo contendía una planilla, conformada por gente cerca a Héctor Posadas Manzano.
Al salir los primeros de “votar”, su primera impresión fue de rechazo total, otros no guardaron su encono, al afirmar que no era una elección, sino una burla más del Secretario General , para los trabajadores.
De esta manera fueron saliendo, uno a uno, aproximadamente mil quinientos trabajadores, que hicieron el esfuerzo al llamado de su Comité Sindical, de 16 a las 21 horas, todos con la cara desencajada, malhumorados, con ganas de explotar, porque manifestaron su repudió a la cita, ya que esperaban una contienda electoral, y no una confirmación de lo enviado por Héctor Posadas.
El reflejo de todos los “votantes” fue evidente impotencia y hastío, algunos sin querer contestar nuestro cuestionario, y otros muy embravecidos exigieron por este conducto, exigir a su Secretario General, Asamblea General en forma.
Indicaron los inconformes, porque la convocatoria que nos envió, fue realizar una Asamblea Extraordinaria, que de acuerdo a los estatutos internos, plantea un orden del día, lista de asistencia para comprobar el cincuenta por ciento más uno, puntos a tratar, y en su caso el nombramiento del Comité Electoral por la vía del voto directo, lo que nunca ocurrió.
La mayoría de los entrevistados, que se reservaron sus nombres, por obvias razones, pues no quieren figurar en la larga lista de despedidos, externaron su malestar por haberles hecho perder su tiempo – la votación realizada el pasado viernes, llevaba su “dado cargado” dijeron, por saber quién voto, quién tachoneó, quién se inconformó, ó quién se llevó la boleta- ya que contó con un folio, folio que metieron a la urna, y quedando registrado su nombre del trabajador, por último, uno de ellos se acercó a nosotros para exclamar, que con 10 minutos de votación, su número de boleta, registraba el 1200, esto es a pocos minutos de haberse abierto la supuesta elección.
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