Por Alejandro Fernández Martínez
Filarmónicos de la Orquesta Típica de Puebla, fundada por el ex gobernador Aarón Merino Fernández hace 48 años, exigen de las autoridades respeto y dignidad a su trabajo, que pese a descalabros e ingratitudes, mantienen la misma pasión por la música, amor cariño y obediencia, como en sus mejores años.
Trabajadores de la música, de reciente incorporación, sabedores de la historia de la Orquesta Típica de Puebla, que siguen los sabios consejos de sus maestros iniciadores del grupo, manifestaron su reclamo, porque a los filarmónicos fundadores se les reconsidere el trabajo realizado por muchos años y reciban reconocimiento a su época de Gloria, respetando su trabajo.
La Orquesta, que durante los años setenta fue considerada de las pocas de su tiempo en todo el país, desempeña su oficio arrumbada y olvidada por las autoridades gubernamentales, por lo que exigen, un buen trato y una mejora a las instalaciones donde practican, que están en pésimo estado, (incómodas e insalubres).
Denunciaron a la administradora del Centro Cultural Poblano representada por la abogada Nancy González Aguayo, que sin un ápice del significado de la Orquesta, se comporta peor que verdugo, cuidando que no ingresen alimentos a la celda que tienen como lugar de ensayos, y sin dejar el libre ingreso a los sanitarios entre otras más, todo un hostigamiento y reprimenda de su parte.
Para los 24 sobrevivientes de aquella orgullosa y brillante Orquesta Típica de Puebla, -que originalmente integraron 40 elementos-, recordando buenos tiempos, cuando fueron el orgullo de Puebla, y las autoridades no escatimaban esfuerzos para reconocer su labor, dijeron que cada medio año recibían uniformes diversos, incluso trajes de charro que usaban en las fiestas patrias. Hoy los tiempos han cambiado, dijeron con nostalgia.
Reclamaron los músicos, que la orquesta municipal tiene mejores estímulos que la Estatal, e hicieron la respetuosa recomendación al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, voltee hacía la Orquesta y se entere que lo único que buscan, es respeto y dignidad a su trabajo, que motive a continuar su oficio noble y orgulloso, que en algún tiempo endulzó el oído de los poblanos.
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