david lópez
Pablo Fernández del Campo ya hizo su trabajo y lo hizo bien, trabajo bien hecho no admite reclamación: dividir al PRI y conseguir una diputación... por la vía plurinominal, faltaba más, para eso es el pastor de ese rebaño tricolor, eternamente dócil... Hoy, como desde hace más de dos años, a las ordenes del dueño de Puebla. Pase lo que pase en la campaña; “aiga sido como aiga sido ya aseguré el sustento durante casi cinco años” dirá Pablito el 7 de julio por la noche.
La dirigencia del PRI no mueve un dedo por nadie. De una que otra declaración para justificar el sueldo no pasa. Entonces… ¿El partido? ¿El PRI? ¿Los militantes?, ¿Las campañas de candidatos a presidentes municipales y diputados? ¿La campaña de Enrique Agüera? ¿A quién le importa? debe decirse para sí, el siempre burlón en sus respuestas durante las ruedas de prensa.
¿Dinero para las campañas? No hay. ¿El dinero que entrega el IFE al PRI? Sólo Pablito sabe, pero recursos para las campañas no hay.
¿Qué no hay? ¿Entonces toda la “lanota” que sacaron durante el proceso interno? Cualquier militante que soñaba con ser candidato de su partido a alguna de las 216 presidencias municipales (la capital es punto y aparte), tuvieron que pagar una serie de “cursos” de formación política, cada curso tuvo un costo de entre 7 a 15 mil pesos, fueron cientos de suspirantes los que pagaron para tener derecho a que los defraudaran con las imposiciones. Bastante fue el ingreso por este concepto. Eso no fue todo, los negocios no quedaron ahí, muchos, según se supo, tuvieron que pagar hasta 20 mil pesos por concepto de cuotas atrasadas.
¿Dónde quedó ese dinero? Sólo Pablito y el delegado Fernando Moreno Peña saben, porque los delegados por ejemplo, tuvieron que sacar el proceso de candidatos sin recursos, no hubo de piña para ellos, los delegados tuvieron que sacar de su bolsa para acudir a municipios alejados de la capital poblana.
¿Donde quedó el dinero? ¿A los bolsillos de quien, o de quienes? Lamentablemente, afortunadamente para los “dirigentes”, el asunto de los negocios, perdón, de las negociaciones que dejaron buenos dividendos no quedó ahí. Aclaro, no hay herramientas probatorias, porque en este tipo de transacciones no se dan recibos ni mucho menos facturas, para eso que todo mundo sabe, que todo mundo comenta, la venta de candidaturas, ese negocio que dividió a los priistas y que mandó a muchos engañados, defraudados y despreciados por su dirigencia, a enrolarse a las filas morenovallistas.
Toda vía hay tiempo, pero el PRI está a punto de recibir un fuerte descalabro el próximo 7 de julio, igual que en 2010, todo por culpa de esta dirigencia de papel (moneda).
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