Por Genaro J. Piñeiro López
De
bo confesar que la nueva horneada de políticos en el poder, ni es tan nueva y en algunos casos ya está más chamuscada.
Este domingo 6 de marzo, como todos los domingos la prensa viene con relleno, ya que parece que los domingos no hay noticias, y la prensa se imprime conteniendo un alto porcentaje de opiniones, que más que informar sobre algo nuevo, nos confirman, como dijera José Ingenieros, la mediocridad donde navegan sus autores.
La primera.- que ya tiene rato circulando, es la de pedir licencia para separarse temporalmente de su partido, expresada por MLO, una verdadera kafkiana mam…, tanto como decirle a mis hermanos que esta semana ya no soy de la familia para que vallan ellos solos a Chihuahua a un baile, la militancia, el credo religioso y la membresía a un club, tiene en México la misa importancia y el cambio de las mismas no ocasiona sanción alguna. Lo mejor sería que Obrador renunciara al PRD o que se someta y dé la lucha dentro de las reglas de ese partido, ya si pierde que haga con su militancia perredista un cucurucho.
La segunda.- que no sorprende a nadie es la relativa declaración de Javier López Zavala, que nos recuerda aquél refrán de que el burro hablando de orejas, cuando exige que no se regalen las candidaturas, me imagino que son para la Reyna de la primavera o para el rey momo. O caso ya se le olvidó que le regaló la presidencia del PRI a Juan Carlos Lastiri y distribuyó a su antojo candidaturas a diputados y munícipes; este Javier confundió la vía democrática por la vía Atlixcáyotl.
Y creo que lo difaman porque él no regaló, y ciertamente está en contra de que se regalen las candidaturas, me parece que lo que en realidad pide es que se coticen bién y solo lleguen los que traigan las alforjas llenas del sexenio pasado.
La tercera.- Resulta de gran preocupación, que los ardelios y compañía vallan a malinterpretar la intención de Moreno Valle, de dar seguridad, mantener el orden y la gobernabilidad y desaten una represión popular como la realizada para reprimir a los campesinos de Atenco, o las movilizaciones de la APPO y desaten una represión popular, porque siempre han existido los policías políticos, pero resultan peores los políticos policiacos. ¡Aguas! Porque la cosa está que arde y se hace el lío.
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