domingo, 16 de febrero de 2014

“No habrá descanso, la ciudad no lo consciente”...

Antonio Gali Fayad se comprometió a combatir el nivel de pobreza en la que vive la mayoría de los poblanos

Alberto Gerardo Mendoza Ruiz
Tremendo paquete es el que heredó Antonio Gali Fayad de su antecesor Eduardo Rivera Pérez; una ciudad insegura, en la que los delitos van a la alza, donde todos los días los poblanos, desde hace tres años, sufren como nunca en su historia, robos, asaltos, secuestros, asesinatos y lo más grave, donde el municipio se ha convertido en refugio de narcos.
El sábado Gali Fayad rindió  protesta como presidente municipal de Puebla para los próximos 4 años 8 meses, por primera y única ocasión. Durante el evento al que acudió la clase política y empresarial de Puebla además de  gobernadores y dirigentes nacionales de partidos políticos, el nuevo edil ahora si poblano, luego de dos periodos en los que Puebla fue gobernada por una tlaxcalteca, Blanca Alcalá, y un toluqueño, Eduardo Rivera, aseguró que combatirá la condición de marginación en la que vive la mayoría de los habitantes de Puebla, uno de los motivos del incremento de la delincuencia en Puebla.
Conociendo al “hiperactividad” de Gali Fayad”, no sorprendió que anunciara que en su gobierno “no habrá descanso, ya que  la ciudad no lo consciente”, por lo que anunció que presentará al Cabildo un proyecto de reingeniería de la administración municipal a fin de lograr un mejor funcionamiento de esa estructura.
Tony Gali, como es conocido desde siempre, insistió en el tema de la pobreza, lastre en la que viven miles de mexicanos y poblanos en particular, problema que dijo, afecta al 65 por ciento de la población, por lo que se comprometió a actuar con rapidez. Reconoció que  a pesar de los esfuerzos de todas las administraciones anteriores, Puebla se sostiene con dificultad en el cuarto lugar de importancia nacional, por lo que pondrá todo su empeño en  abatir el rezago que padece el municipio. “no habrá descanso  la ciudad no lo consciente”.
Los poblanos, todos,  esperamos con gran esperanza, que el trabajo de Antonio Gali revierta el severo daño que desde hace tres trienios ha sufrido Puebla, de Alcalá, Doger y Rivera, pero sobre todo en el último periodo cuando más se agravó la inseguridad.

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